León de Lucerna de Thordvaldsen
Gran parte de las esculturas creadas por el artista neoclásico Bertel Thordvaldsen se encuentran en su país natal, Dinamarca, como es el caso de su famoso Jason y el vellocino de oro o su Ganimedes y el águila. Sin embargo, este Monumento al León de Lucerna es una de sus obras ubicadas en el extranjero, concretamente en Suiza.
También es cierto que no estamos ante una escultura propiamente dicha, sino que es un enorme relieve tallado sobre una roca de piedra arenisca. E incluso parece comprobado que Thordvaldsen únicamente se encargó de diseñarlo en el año 1819 durante su estancia en Roma, mientras que el trabajo de tallarlo corrió a cargo de un cantero alemán llamado Lucas Ahorn (1789-1856), quien lo acabaría un par de años más tarde.
De una forma u otra se trata de una gran obra, incluso literalmente, ya que es un monumento que alcanza los 10 metros de largo por otros 6 de altura. Unas dimensiones considerables y dignas del motivo que inspira la obra, ya que esta figura de un león moribundo pretende evocar la valentía de los Guardias Suizos que murieron durante uno de los episodios más sangrientos de la Revolución Francesa, cuando 1792 centenares de soldados suizos cayeron defendiendo el Palacio de las Tullerías de París ante el empuje de los revolucionarios.
Así se entiende la simbología de la figura. Ya que se trata de un león herido de muerte, en el que vemos la lanza clavada en su costado, pero sobre todo se aprecia su dolor en el rostro. Y también se ve junto a él dos escudos, uno con la cruz de la bandera suiza y otro con la flor de lis, símbolo de la monarquía gala.
Además de eso, la inscripción en la roca alude a la “lealtad y valentía de los suizos”, así como en la parte baja están los nombres de los muertos en aquella batalla, especificando que murieron 760 y solo sobrevivieron 350.
Aquel episodio causó una gran conmoción en el país, pese a que una de las características de la Guardia Suiza siempre había sido que eran soldados mercenarios que luchaban junto al mejor postor. Por ello, cuando un oficial de ese ejército comenzó a pedir dinero para realizar el monumento no le fue muy difícil conseguir la cantidad necesaria para su realización.
Y el resultado ciertamente es espectacular, y tal vez sea una de las obras más expresivas de Bertel Thordvaldsen. De hecho, una de las mejores definiciones que se han hecho de esta escultura la escribió el literato estadounidense Mark Twain, que en su libro Un vagabundo en el extranjero la definió como: