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Rodin y sus mujeres

Publicado por A. Cerra
Camille Claudel con gorro frigio

Camille Claudel con gorro frigio

Auguste Rodin fue uno de los grandes artistas del siglo XIX, y desde luego es uno de los mejores escultores de todos los tiempos. Un personaje que tuvo dos grandes pasiones en su vida: por un lado el arte, y por otro las mujeres, y por supuesto, ambas cosas las mezcló en una serie de obras que han pasado a la Historia del Arte con mayúsculas.

Con obras como El Beso se convirtió en todo un referente del erotismo, y pocos autores han sido tan capaces como él de transmitir esas sensaciones, y de dar vida a la sensualidad y la excitación como el artista francés. Algo de lo que era capaz en sus obras en mármol o en bronce, en sus modelos de barro y también en sus interesantes y muy abundantes dibujos.

Esa capacidad para representar esas sensaciones se basa en su indudable maestría y también en su amor por las mujeres. Por muchas mujeres, porque la verdad es que tuvo numerosas amantes y a todas las quiso a su manera, de todas disfrutó y a todas les fue infiel. Y también a muchas de ellas les hizo posar como modelo de sus obras.

El listado sería largo, pero hemos elegido a dos que además de ser sus amantes, también trabajaron con él. Y lo hicieron en la misma época, como demuestran documentos y fotografías de la época.

Una de ellas fue la también escultora Camille Claudel, a la que vemos en una representación con gorro frigio. Un elemento que nos lleva a la Antigüedad y también al Neoclasicismo, ya que los gorros frigios se volvieron a poner de moda con artistas como el danés Bertel Thordvaldsen y su obra Ganímedes y el águila.

Camille Claudel entró muy joven al taller de Rodin, y sin duda fue uno de sus alumnos más destacados, como así lo demuestran algunas de sus obras. De hecho hay teorías que dicen que el escultor acabó su relación con ella, por miedo a que le superara en maestría. Eso es una especulación, y lo realmente cierto es Claudel era una privilegiada para la escultura y tenía ambiciones, pero además tenía un carácter muy particular. Tal vez por eso el modelo de esta escultura de 1886 Rodin no lo realizó en barro sino en masa de vidrio, algo que cuadraba mucho mejor con la delicadeza de su frágil amante, que en el momento de esta representación tenía 25 años.

Además si nos fijamos en el rostro, comprobamos la capacidad de Rodin para plasmar en detalles la personalidad de cada uno de sus retratados. Y en este caso se aprecian unos ojos, cuya mirada de alguna manera vaticinan el tormentoso mundo interior de esta mujer.

Busto de Rose Beuret

Busto de Rose Beuret

Bien distinto es el busto de Rose Beuret, la cual fue una de sus amantes más duraderas, posiblemente por su carácter más dócil y servil. De hecho se mantuvo durante muchos años como su ayudante, sobre todo preparándole el barro en estado óptimo para sus modelos.

Es precisamente en el modelo de barro de 1890, donde Rodin vuelve a mostrarse como un portento, ya que es capaz de representar a su sufrida amante con un aspecto severo y transmitiendo un tono de reproche hacia su comportamiento constantemente infiel.