Arte
Inicio Pintura, Renacimiento El nacimiento de la Virgen de Ghirlandaio

El nacimiento de la Virgen de Ghirlandaio

Publicado por A. Cerra
El nacimiento de la Virgen de Ghirlandaio

El nacimiento de la Virgen de Ghirlandaio

Domenico Ghirlandaio (1449 – 1494) fue uno de los grandes pintores del Quattrocento florentino, no obstante la contemporaneidad con los genios de Leonardo da Vinci, Rafael Sanzio o Miguel Angel Buonarrotti ha eclipsado un tanto el valor de su arte.

Siempre hay que citar como gran mérito suyo el haber sido precisamente el primer maestro de Miguel Ángel, el cual entró como aprendiz a su taller artístico con la edad de trece años y allí se mantuvo durante los tres años siguientes. Ya solo por ese dato merece ser citado en los manuales de la Historia del Arte.

Pero además, los cuadros de Ghirlandaio también poseen un valor artístico intrínseco. Sirva citar como ejemplo que la obra La Anunciación de Leonardo que hoy cuelga en las salas de la Galería de los Uffizi durante mucho tiempo se creía que era obra del propio Ghirlandaio.

La que sí que es seguro una creación suya es esta imagen que nos presenta El nacimiento de la Virgen. Una obra que se integra a la perfección en una de las grandes creaciones de la arquitectura renacentista florentina, la iglesia de Santa María de Novella, proyectada por Leon Battista Alberti.

Se trata de una obra que realizó ya en los últimos años de su vida, hacia 1491, y por lo tanto se trata de un momento en el que el pintor dominaba a la perfección su oficio y ya había llegado a sus más altas cualidades.

Y una de estas características que distinguen el arte de Ghirlandaio de otros de sus contemporáneos es que supo plasmar las escenas religiosas y bíblicas con un tono tremendamente amable, y sobre todo como si acabaran de pasar en una de las calles de Florencia, lo cual les encantaba a los nobles de esa ciudad que eran sus principales clientes.

En esta imagen se puede comprobar. Vemos el nacimiento de la Virgen que está en brazos de su madre, Santa Ana, ante la cual se acercan y desfilan sus amigas para felicitarla por el alumbramiento. La escena transcurre en una habitación finamente decorada, y cuyo aspecto es idéntico al que podrían tener las estancias de los muchos palacios florentinos que se construyeron durante esos años del Renacimiento.

Pero además de esa ambientación florentina, el pintor, sin ser uno de los más grandes de su época, si que había adquirido y asimilado todos los conceptos básicos del Clasicismo, algo que se manifiesta no solo en la presencia de relieves basados en el arte antiguo, sino que además la composición de la escena, con la estudiada distribución de personajes sigue los dictados de las normas de la armonía y la belleza que inspiran todo el arte renacentista italiano.