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El trabajo de Ford Madox Brown

Publicado por A. Cerra

El trabajo de Ford Madox Brown

Este cuadro del británico Ford Madox Brown titulado El Trabajo es absolutamente incomprensible sin tener en cuenta el momento en que fue pintado. Entre los años 1852 y 1865, una época donde la Revolución Industrial se había acelerado y los movimientos sociales cobraron un dinamismo impensable, como también eran impensables antes las ideologías de izquierdas que empezaron a tener tanta importancia, ya que hay que pensar que Karl Marx y Friedrich Engels habían publicado su célebre Manifiesto Comunista en Londres unos pocos años antes, 1848.

Y es que el propio pintor dijo que este cuadro, hoy guardado en la Art Gallery Manchester City, es un representación de como se distribuía el trabajo en la sociedad de la época.

Todo ello lo plasma en una peculiar pirámide. Allí hay un grupo en el ángulo superior que son los más ociosos, la aristocracia. Mientras que a la izquierda van un grupo de mujeres caminando, que serían la representación de la burguesía también bastante ociosa. Lo cual tiene su contrapartida con los hombres también de aires burgueses que hay a la derecha. Un grupo en el que ha querido rendir homenaje a algunos de los pensadores del momento. De ahí que aparezca uno que es el retrato del filósofo Thomas Carlyle, con el cual se sentía muy identificado Brown.

Este grupo de burgueses está claro que tienen una actitud contemplativa, lo cual contrasta con el centro del cuadro donde están los obreros propiamente dichos. Entre ellos destaca la figura de un trabajador con la camisa blanca, cuya postura se puede fácilmente relacionar con la escultura clásica del Apoxiomenos de Lisipo. Una imagen con la que el autor quiere darle un tono heroico a la clase trabajadora, además de aportarle belleza a esta clase.

De hecho, esto es un elemento que lo separa de ciertas corrientes de arte realista con motivaciones sociales, como pueden ser algunas pinturas de Honore Daumier o Gustave Courbet del estilo de Los Picapedreros, donde queda claro el esfuerzo y la fatiga de los trabajadores. Algo que aquí no aparece de ninguna de las maneras. Todo lo contrario. El objetivo es otro. Quiere darse un imagen de que todo ese esfuerzo físico es de lo más reconfortante, ya que como decía el pensador escocés Carlyle, ese trabajo alejaba al hombre de un estado salvaje, lo civilizaba y le hacía progresar. Algo que resumió en una frase que en la actualidad es más que criticable. Y es que escribió en 1888: “Las repugnantes selvas son taladas y en su lugar surgen campos fértiles y majestuosas ciudades”.

Una visión sin duda demasiado idílica del trabajo y del progreso, sin tener en cuenta tantas y tantas cuestiones de enorme importancia social y ecológica. Es decir, que tanto en esos escritos que como el propio cuadro de Ford Madox Brown han superado muy mal el paso del tiempo y la evolución de la sociedad.