Inundaciones en Port Marly de Sisley
Alfred Sisley pintó está obra en el año 1876, y en la actualidad forma parte de la colección de pintura impresionista del museo de Orsay de París.
En la tela vemos que prácticamente la mitad superior de ella está ocupada por el cielo, mientras que la mitad inferior es agua, reservando una estrecha franja central para plasmar el tema protagonista de la imagen.
Sisley no es de los pintores más importantes ni afamados del Impresionismo. Sin embargo, su pintura tiene una indudable calidad. Y además podemos ver en su producción pictórica la influencia de los grandes artistas de ese movimiento. Sobre todo se aprecia la cercanía a Camille Pissarro, que fue su verdadero maestro. Aunque les separa una diferencia, y es que a Sisley le encantaba pintar agua, algo que no le gustaba en exceso a Pissarro.
Porque Sisley se dedicó en muchas de sus obras a pintar paisajes fluviales, especialmente orillas de los ríos y también inundaciones, como en el caso que aquí nos atañe, donde eligió como tema del lienzo unas inundaciones reales acaecidas en Port Marly. En muchos de estos paisajes acuáticos se puede apreciar que Sisley había observado y estudiado en profundidad las obras de Monet, especialmente aquellas que había hecho durante sus estancias en Argenteuil. Un lugar donde también pintó muchas obras otro de los pintores secundarios de la corriente impresionista: Gustave Caillebotte.
Además en este tipo de obras de Sisley también se puede ver otra influencia importante. En este caso de los acuarelistas, de ahí sus tonos más diluidos a la hora de representar los reflejos y celajes.
Con todos estos ingredientes consigue marca la transición del agua hacia los árboles, el edificio y finalmente hacia un cielo salpicado de nubes. En toda esa transición se ve la maestría tonal de este pintor, que consigue crear una atmósfera casi palpable.
Y es que Sisley compartía con otro de los grandes maestros de la pintura francesa del momento, Edouard Manet, una gran preocupación por la fluidez. De ahí su pasión por este tipo de paisajes, que a la postre se han convertido en sus obras más emblemáticas y reconocibles. Además los testimonios que dejó por escrito dan fe de que la representación de los elementos líquidos y aéreos era el principal objeto de su producción pictórica.
Dijo que el cielo no se debía contemplar únicamente como un fondo para los cuadros, sino que como la propia tierra, también estaba formado por diferentes planos. Y por ello, en él son muy habituales los cielos extensísimos, de gran profundidad y riqueza de matices.
Esta atención, tanto al cielo como al agua, hace que Alfred Sisley esté considerado como un verdadero maestro en el tratamiento de este tipo de superficies, si bien los críticos e historiadores del arte le achacan que es mucho más torpe a la hora de plantear las composiciones de sus imágenes.