La carga de la caballería roja de Malevich
Esta obra la pintó Kasimir Malevich entre los años 1928 y 1932, y tanto su resultado como la temática es fruto del momento personal de este artista ruso y también de la coyuntura política del momento en su país.
Malevich en los años anteriores se había convertido en todo un referente para los movimientos de vanguardia, realizando algunas de las obras más carismáticas de la abstracción, y sobre todo de la corriente suprematista con cuadros como Cuadrado rojo y cuadrado negro o Cuadrado negro sobre fondo blanco.
Aquel arte tan rompedor, inicialmente fue muy bien recibido por los revolucionarios rusos. Y no solo en el caso de Malevich, sino también en otros artistas como El Lissitzki, quién bajo una aparente abstracción y geometrización creó imágenes muy propagandísticas para la implantación definitiva de la Revolución Rusa.
Y en el caso de Malevich, incluso llegó a desempeñar durante los años 20 destacados cargos públicos para las nuevas autoridades, especialmente relacionados con la enseñanza. Sin embargo, poco a poco fue triunfando en el arte ruso cada vez más un estilo realista socialista, hasta convertirse en el único medio de expresión bien visto por el régimen soviético.
De hecho, en el año 1930, llegó a ser detenido y duramente criticado. Aquel hecho fue el detonante para que abandonara la abstracción absoluta que significaba el Suprematismo, y retornara a cierta figuración. Y un ejemplo de ello es este lienzo del Museo Ruso de San Petersburgo que nos presenta la Carga de la Caballería Roja.
No obstante, no se olvida de sus motivos geométricos y sus zonas de color. De hecho, aquí todo el paisaje está construido a partir de rectángulos y líneas en las que no se fusionan los colores, y tan solo la fila de la caballería sobre el horizonte tiene ese toque figurativo.
Es una carga sobre un fondo de cielo completamente vacío. Parece decirnos que esa carga tiene una fuerza imparable. Incluso las masas matéricas de color que representan el suelo, sirven para aislar más a ese ejército a caballo, y darle mayor protagonismo pese a que ocupa un porcentaje muy pequeño, casi ínfimo, de la tela.
Una imagen muy interesante de Malevich, capaz de fusionar su arte con la demanda de figuración de su tiempo.