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La mujer hidrópica de Gerrit Dou

Publicado por A. Cerra

La mujer hidrópica de Gerrit Dou

A Gerrit Dou (1613 – 1675) prácticamente contemporáneo de Rembrandt y nacido en la misma ciudad neerlandesa de Leiden hay que considerarlo como el gran maestro de la miniatura en el arte Barroco de los Países Bajos. De hecho durante unos años, entre 1628 y 1631 trabajó con el gran creador de obras como Lección de anatomía o Ronda de noche.

Sin embargo, antes de pasar por el taller de Rembrandt ya tenía una formación de los más singulares. Y es que su primera relación con el trabajo artístico estuvo vinculada a la pintura sobre vidrio, una labor que realizaba su padre y con el que comenzó a formarse. Aún así, poco después también trabajó durante un tiempo en el taller de Bartholomeus Dolendo, un grabador de cobre.

El caso es que tras varios años en talleres de otros, por fin consiguió independizarse y tener su propio negocio, tan como consta en la Cofradía de San Lucas de Leiden en el año 1648. De este modo alcanzó cierta fama como autor de retratos y cuadros religiosos, si bien sus obras más afamadas son relativas a la pintura de género y curiosos bodegones en los que podía exponer toda su capacidad para pintar hasta el más nimio detalle.

Algo que por ejemplo se puede ver en obras como La tienda de aves o en esta peculiar escena de La mujer hidrópica que os enseñamos aquí. En ese cuadro asistimos a un momento en el que una señora de alta alcurnia recibe la visita del doctor para seguir con su tratamiento de hidropesía. Y podemos ver que el diagnóstico de ese doctor sencillamente se basa en un minucioso análisis visual de la orina.

El cuadro lo pintó hacia el año 1663 y es propiedad del Museo del Louvre de París. Es un estupendo ejemplo de su arte de madurez, cuando domina plenamente su oficio de pintor. Se aprecia no solo su maestría para el detallismo, también es admirable su capacidad para representar los diversos efectos luminosos sobre los objetos que hay en esa sala. Unos brillos que en algunos casos son pequeñísimas pinceladas, y es que Dou no dudaba en pintar con la ayudad de una lupa que le permitiera la representación de cosas que aparentemente pasan desapercibidas pero que le proporcionan un valor excepcional a su trabajo.

Esa derroche de minuciosidad se plasma sobre todo en los objetos del primer plano, algunos tan pequeñas con el atril del lado izquierdo o el gran cortinaje que cierra la parte derecha y superior del cuadro y de la habitación. No obstante, Gerrit Dou es un pintor que es mucho más que un miniaturista. No en vano, trabajó codo con codo junto el gran Rembrandt, de quien aprendió a dominar los efectos de claroscuro, así como la perfecta estructuración y composición en este tipo de interiores de las familias burguesas, quienes al fin y al cabo fueron su clientela principal.