La venganza de Hop Frog de James Ensor
El pintor belga James Ensor (1860 – 1949) realizó esta obra en el año 1898. En realidad, se trata de un grabado realizado con la técnica del aguafuerte con añadidos posteriores de color a base de lápices y acuarelas.
La escena que vemos en esta obra que se expone en las salas del MoMA (Museum of Modern Art) de Nueva York está totalmente inspirada en un relato escrito en 1845 por el autor estadounidense Edgard Allan Poe, sin duda uno de los escritores favoritos del pintor.
El cuento de Poe relata una venganza que lleva a cabo el bufón de la corte, un enano y tullido llamado Hop Frog, el cual se venga de un rey totalmente injusto y sus siete ministros corruptos.
La escena que nos representa Ensor sigue de forma meticulosa la narración. Según esta, durante un baile de disfraces, Hop Frog convence al monarca para que se disfrace de orangután y así se pueda burlar de sus invitados, ya que el rey era muy aficionado a las bromas. Y también le convence para que sus siete ministros también se disfracen del mismo animal.
La treta de Hop Frog era simular un juego y así poder cazar a los ocho orangutanes mediante un aro que se enganchaba a una gran araña de luces. De manera que los eleva al rey y sus ministros por encima de todos los asistentes a la fiesta. Hasta aquí todo parece parte de una broma, pero el cuento de Poe acaba con una terrorífica escena final, que precisamente es la que elige Ensor para esta imagen. Y es que una vez capturados, Hop Frog les prende fuego con una antorcha, ante una concurrencia antes divertida y ahora totalmente horrorizada por lo dantesco de la situación.
En realidad, James Ensor pintó en diferentes obras, tanto cuadros como grabados, imágenes alusivas a las injusticias entre las distintas clases sociales. Y para ello usaba su característico estilo pictórico donde lo grotesco y la caricatura alcanza el rango de obra de arte. Unas herramientas que cuadran a la perfección con el tono satírico de sus representaciones de la sociedad y de sus clases más pudientes y dirigentes.
La obra pictórica de Ensor hoy en día está repartida por todos los grandes museos de arte contemporáneo del mundo. Son cuadros muy valorados, y también lo son sus grabados. Una disciplina en la que se convirtió en un verdadero experto, sobre todo la técnica del aguafuerte. Y es que los grabados ya habían sido a lo largo de la historia un medio muy eficaz para realizar imágenes críticas que se pudieran divulgar relativamente fácil entre la población. Por ejemplo, con un carácter semejante los habían usado artistas de la talla del español Francisco de Goya o el francés Honoré Daumier.