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Lady Agnew de John Singer Sargent

Publicado por A. Cerra

Lady Agnew de John Singer Sargent

Los pintores del estilo impresionista no fueron especialmente asiduos del retrato. Salvo en contados ejemplos de Renoir, Degas o Berthe Morisot, no abundan los retratos de personajes reconocibles. Y cuando los hay, no son encargos como tal, sino ejercicios pictóricos en los que los otros pintores, amigos o familiares posan de forma amistosa y relajada.

En cambio, el pintor de origen estadounidense John Singer Sargent que es una interesante personalidad del mundo del Impresionismo sí que trabajó el género retratístico. Y aquí lo podemos ver con esta tela de 1892 en la que nos presenta a Lady Agnew de Lochnaw. Un cuadro que hoy se conserva en la National Gallery de Escocia, en la ciudad de Edimburgo.

Muchos estudiosos de la Historia del Arte consideran a John Singer Sargent el último de los grandes retratistas, sobre todo en Gran Bretaña y en Estados Unidos. Y para comprobarlo basta con ver la delicadeza que irradia esta pintura. Nos presenta a una mujer realmente irresistible con una mirada de lo más intensa en un rostro encantador rodeado por su cabellera negra recogida.

Ella nos mira, como estaría mirando al propio pintor. E inmediatamente sentimos cierta sensación de complicidad con ella.

Sin duda, la cara de Lady Agnew llama la atención, pero también lo hace su rico vestido blanco y de gasa pintado con las audaces y coloridas pinceladas del artista. Vemos a la mujer, cuyo nombre real era Gertrude Vernon, sentada en un sillón de aires rococós y en una habitación pintada de azul pastel.

Por cierto, Singer Sargent siempre decía tanto el emplazamiento del retrato como las ropas que debían vestir sus modelos. Algo que su prestigio como retratista le permitía, imponiendo así sus criterios a los poderosos que le encargaban los trabajos.

Por ejemplo en este caso que sin duda sería un trabajo pagado por el marido de Lady Agnew de Lochnaw, que era mucho mayor que su esposa y que decidió retratarla para conmemorar que había recibido el título de barón.

En definitiva, este retrato como muchos otros de este artista salieron del taller que Singer Sargent estableció en Londres tras varios años de viajes por Europa. Un taller de lo más exitoso y del que salieron obras de mucha calidad. Tanto es así que el gran escultor Auguste Rodin, definió al pintor como el “Van Dyck de nuestros tiempos”, aludiendo así a otro pintor de otra época, pero que también llegó a Inglaterra para establecerse y convertirse en el gran retratista de la corte del siglo XVII como obras en las que aparece el propio rey Carlos I o los más importantes aristócratas del momento.