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Rotación de bailarina y papagayos de Depero

Publicado por A. Cerra
Rotación de bailarina y papagayos de Depero

Rotación de bailarina y papagayos de Depero

Durante los primeros años del siglo XX, con el surgimiento de las vanguardias artísticas, la gran mayoría de creadores consideraban que el arte debía ser total, y por lo tanto debía impregnar los distintos campos de la creación y de la vida. Y también muchos consideraban que las diferentes expresiones artísticas no tenían que ser estancas y desarrollarse de forma separada. Todo lo contrario, creían en la interactuación entre las distintas disciplinas para lograr una creación total. Unas ideas que hoy en día se puede comprobar como se han mantenido hasta la actualidad cuando no es extraño las colaboraciones entre pintores y escultores, no sólo con otras disciplinas más habituales como la arquitectura, sino también con el diseño, el cine o la publicidad. Y no solo pintores o escultores colaboran con creadores de otros ámbitos artísticos, lo mismo se puede decir de literatos o músicos.

A lo largo de esas primeras décadas del siglo XX si había un campo donde se podía plantear de forma clara y meridiana esa colaboración interdisciplinar, ése era el mundo de las representaciones teatrales. Fueron muchos los artistas de vanguardia que colaboraron con directores teatrales, escenógrafos y coreógrafos, pero sobre todo fueron artistas pertenecientes a los movimientos del Futurismo y el Cubismo.

Uno de los grandes artífices de este tipo de colaboraciones creativas fue el empresario teatral ruso Sergei Diaghilev (1872 – 1929), el gran introductor de los ballets rusos en la Europa occidental. Y en ese ámbito se hicieron algunos de los experimentos más esplendorosos que reunían a talentos de diversas disciplinas artísticas. Uno de esos talentos era un joven compositor ruso, Igor Stravinski (1882 – 1971). Al ritmo de la música de este revolucionario de la composición se crearon rompedoras coreografías en las que participaron tanto para la elaboración de los decorados como para el diseño del vestuario grandes artistas del momento, especialmente el español Pablo Picasso.

Pero también hubo otros artistas futuristas que se involucraron en ese tipo de producciones, como el pintor Giacomo Balla (1871 – 1958) quién en 1915 diseñó la escenografía para los Fuegos Artificiales del citado Stravinski.

No obstante, posiblemente fue el pintor Fortunato Depero (1892 – 1960) el artista que más se involucró en este tipo de colaboraciones. Y aquí vemos su boceto para un ballet titulado Rotación de bailarina y papagayos. A partir de este dibujo podemos ver como experimentó profundamente para conseguir un innovador vestuario, que además ayudó a la renovación de la danza en aquel momento, ya que a la hora de plantear las ropas de los bailarines tenía muy en cuenta los diferentes efectos de colores y dinamismo que tendría ese vestuario mientras bailaban los actores de los espectáculos.