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San Juan Bautista retirándose al desierto de Giovanni di Paolo

Publicado por A. Cerra

San Juan Bautista retirándose al desierto de Giovanni di Paolo

Giovanni di Paolo fue un personaje extraordinariamente longevo para su época, ya que se sabe que estaba activo en 1417 y que falleció en 1482. Y durante ese tiempo se convirtió, junto a Sassetta, en uno de los grandes maestros de la pintura de Siena en ese siglo XV.

Siena era una ciudad donde el peso de la pintura de la centuria anterior, hecha por artistas tan grandes como Duccio, tenía un peso gigantesco. Por eso su influjo perduró incluso en unos años en los que el arte renacentista avanzaba a pasos descomunales por otros rincones de Italia.

Para Giovanni di Paolo la influencia de las obras góticas fue muy importante, si bien supo conjugarla con ideas artísticas más novedosas. Y eso se puede ver en su serie de cuatro escenas de la vida de San Juan Evangelista que se conservan en la National Gallery de Londres.

Estos cuatro cuadros los pintó hacia el año 1454 con la técnica del temple sobre tabla y formaban parte de la predela de algún retablo. En ellos representa el nacimiento del santo, su retiro al desierto, el bautismo de Cristo y la escena final del banquete de Herodes donde bailó Salomé y el Bautista acabó decapitado.

Curiosamente unos cuantos años llegaron hasta Siena los relieves que hicieron tanto Donatello como Lorenzo Ghiberti para la nueva pila del Baptisterio de Siena. En ellos se representaban también estas escenas. En concreto se trataba del festín de Herodes y el bautismo de Cristo, pero con ideas propias del Renacimiento florentino.

Desde luego que Giovanni di Paolo se dejó influir por esas novedades y las trasladó a su pintura. Pero para el capítulo de la retirada al desierto no contaba con semejantes modelos formales, así que recurrió a un formato más antiguo.

El relato narra que San Juan Bautista siendo un niño abandonó su casa y se fue al desierto, refugiándose en la grieta de una roca. Pues bien para contar ese desplazamiento, el pintor combinó los episodios pintando dos veces al protagonista, ambas de perfil. Una vez saliendo de las murallas de la ciudad y otra ya adentrado en el paisaje rocoso.

Se trata de un recurso muy medieval, como también es antigua la enorme escala con la que se representa a la figura humana. Al igual que la vista de pájaro tan elevada tiene muy poco que ver con los estudios de perspectiva del Renacimiento. Es decir es una pintura de un periodo de transición.

Y llaman la atención las dos flores que flanquean la escena, ajenas al relato y ambas vistas en una perspectiva contraria, desde el tallo a la propia flor.