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San Urbano de Troyes

Publicado por A. Cerra
Saint Urbain de Troyes

Saint Urbain de Troyes

La Basílica de San Urbano de la ciudad francesa de Troyes es un magnífico ejemplo del arte gótico que se comenzó a hacer a partir de la segunda mitad del siglo XIII, ya que se trata de un templo que se levantó entre los años 1261 y 1275.

Sin salir del territorio francés, en los años anteriores se había comenzado a construir las más grandes catedrales góticas, como Notre Dame de París, la de Chartres, la de Reims o la de Amiens. En cambio, hacia mitad del siglo XIII, ese modelo de templos llamémosles “heroícos”, grandilocuentes, espectaculares y también carísimos de ejecución, comenzó a no tenerse tanto en mente, y se optó por obras un poco más modestas.

En el caso de Saint Urbain de Troyes, el maestro de obras que la proyectó, cuyo nombre era Jean Langlois, se preocupó mucho más por el refinamiento y el cuidado en los detalles de la iglesia, que por crear un edificio altivo y monumental. Y todo ello pese a que se trata de un edificio de fundación papal, ya que lo promovió el Pontífice Urbano IV, quién deseaba que se levantara una gran iglesia precisamente en el lugar en el que su padre había tenido su taller de zapatero. Si bien, él no lo vio concluido y solo vio como se compraba el solar y comenzaban las obras. No obstante, su seguidor, el Papa Clemente IV se encargó de proseguir con las obras.

El resultado es una iglesia más sencilla que sus antecesoras, y por eso la planta es mucho más simple. Y ya dentro del alzado, por ejemplo se elimina la zona del triforio.

En realidad, de alguna forma los templos góticos que se realizan sobre estas fechas, especialmente en las ciudades y pueblos franceses, se vienen a convertir en una especie de “jaula de cristal” en la que toda la estructura de piedra que la sustenta queda a la vista y sirve para que entre los pilares se generen espacios abiertos que ocupan unos esplendorosos vitrales, ya que el arte de la vidriería va a alcanzar su máximo apogeo durante estas fechas, y se va a convertir en un elemento sin el cual es imposible comprender la arquitectura gótica, y no solo francesa, sino en otros muchos países del continente europeo, como por ejemplo en España, donde se halla la Catedral de León.

Pero además de las vidrieras con sus colores y luces tamizadas, también tiene mucha importancia en esta Basílica de Troyes, la elegancia sutil del conjunto escultórico que atesora. En definitiva, se trata de un templo que pese a sus fechas tempranas ya está anticipando las formas de lo que será el posterior estilo del Gótico Flamígero.