Gran Disco de Arnaldo Pomodoro
Gran Disco de Arnaldo Pomodoro
Esta escultura del año 1973 se encuentra en la plaza Filippo Meda en la ciudad de Milán y es una obra del escultor y escenógrafo italiano Arnaldo Pomodoro, nacido en 1926. Un autor con obra escultórica repartida por medio mundo, tanto en museos como en espacios públicos, desde el Vaticano a diversos puntos de Estados Unidos. De hecho estuvo viendo durante unos años en diversos lugares estadounidenses y ahí conoció a artistas que marcarían su obra, como Brancusi, Mark Rothko o Jasper Johns. Eso sumado a otros referentes como Picasso o Lucio Fontana ompusieron desde su juventud las grandes influencias de Pomodoro.
Con todo eso fue generando su propio lenguaje, que además adaptaba a materiales muy variados, algunos tan finos como el oro para sus obras de orfebrería y otros más imponentes como el hierro o el hormigón. Si bien con el paso del tiempo el bronce se fue convirtiendo en su material preferido como ocurre en este Gran Disco de Milán.
Una constante en sus trabajos fue investigar siempre sobre la geometría y la tridimensionalidad, lo cual le llevó a buscar en el interior de esas formas geométricas perfectas. Aquí, en el Gran Disco, abre sus superficies y nos muestra lo que hay en su interior, una especie de estructura caótica que contrasta con la perfección visual de su aspecto externo.
Es como si quisiera buscar los patrones que hay en su interior, lo cual tendría algo de engranaje de maquinaria y también de relación musical. Algo numérico. Por eso algunos estudiosos de su obra han querido ver en esta escultura, una especie de homenaje o inspiración en el Hombre de Vitruvio dibujado por Leonardo da Vinci, quien buscó plasmar la perfección en el cuerpo humano, mientras que Pomodoro pretendería aquí representar como es una geometría. Algo así como mostrar sus entrañas, lo cual sabe combinar a la perfección con la monumentalidad que debe tener una obra pública de estas características y dimensiones.
Juga con el brillo de las superficies, con las partes abiertas y más en relieve, es su poética más personal y su sello de identidad. Además de que es capaz de dar la sensación de movimiento, debido a su inclinación y que simula pivotar en un equilibrio inestable. Es toda una invitación a que cada uno busqué en su monumento y lo interprete.
Es una obra muy representativa de su arte, y también muy exitosa. De hecho hay varias versiones por el mundo, como la que está en el campus de la Universidad de Chicago o en la ciudad de Charlotte del estado de Carolina del Norte.