Amazona en el circo Fernando de Toulouse Lautrec
Lo cierto es que han sido muchos los artistas que se han sentido atraídos por pintar el mundo del circo. Desde Rouault, auténtico retratista de payasos, hasta Edward Hopper, pintor de la soledad. Y esta temática precisamente surgió a finales del siglo XIX con el grupo de artistas postimpresionistas. No hay que olvidar que Cezanne pintó Arlequín o Seurat su famosa obra El Circo. Y obviamente fue un tema que también le interesó a Toulouse Lautrec, el pintor postimpresionista que tal vez más espectáculos de todo tipo pintó.
Pintó los espectáculos, pero sobre todo retrató a muchos de sus protagonistas, entre ellos también los del circo como en su obra la Payasa Cha U Kao en el Moulin Rouge. No obstante, la obra que os presentamos aquí de Amazona en el circo Fernando es bastante anterior a ese retrato y nos muestra una obra en la que el estilo de Toulouse Lautrec todavía no está perfectamente definido.
Un cuadro que pintó en el año 1888 y que en la actualidad se expone en el Instituto de Arte de Chicago, en Estados Unidos. Y con ella inauguró una serie precisamente dedicada al ambiente circense.
Como decíamos es una obra de un momento en el que Henri Toulouse Lautrec, que contaba por aquel entonces 24 años, todavía no ha realizado sus obras maestras y no ha conformado plenamente su estilo característico. Tal vez por eso es tan interesante estudiarla para ver la evolución del artista.
Vemos que usa varios elementos esenciales para construir la escena. En primer lugar opta por un punto de vista elevado, cercano a los personajes, pero elevado. Por otro lado, busca captar el movimiento, no solo eso, también la habilidad, principalmente del caballo y de la amazona. Y para ello recurre a ágiles silueteados que sin duda le dan mucho dinamismo al cuadro.
Unas siluetas en la que predominan las líneas curvas, y es que los silueteados y las curvas ondulantes llegarán a ser una de las marcas de estilo de Toulouse Lautre, en sus cuadros y especialmente en sus muchos carteles.
Y por otro lado, también hay que reseñar el modo de aplicar el color. Lo hace de un modo muy peculiar, ya que lo aplica zonalmente y lo extiende, creando así espacios de color bastante planos y uniformes.
En conjunto, lo que vemos es que pretende pintar el movimiento, algo que le emparenta con su adorado Degas. Si bien, Toulouse Lautrec no solo quiere captar ese movimiento, sino que busca darle absoluto protagonismo, porque en realidad lo que nos está presentando es la interactuación entre la amazona, el caballo, el jefe de pista e incluso el público asistente al espectáculo.