Las vírgenes sabias y las vírgenes necias de Cornelius
Este cuadro que cuelga del Kunstmuseum de Dusseldorf es una de las obras más emblemáticas del artista Pieter von Cornelius, el cual a su vez es uno de los integrantes del grupo artístico de Los Nazarenos.
¿Quiénes fueron los Nazarenos? Fueron varios pintores alemanes de comienzos del siglo XIX que se agruparon para enfrentarse con sus obras al vigente arte neoclásico y académico. Entre ellos estaba Cornelius, el autor de esta obra de 1813, pero también aparecían Friedrich Overbeck o Fran Pforr. Todos ellos querían que el arte volvería al camino de la pureza y pensaba que eso solo era posible pintando escenas religiosas o de temática patriótica, y haciendo con un estilo inspirado en estilos del pasado.
Todo ellos se convirtieron al Catolicismo y se trasladaron la cofradía de San Lucas a Roma, concretamente al monasterio abandonado de San Isidoro sul Pincio. Allí empezaron a convivir, dejándose melenas y vistiendo casi como monjes, de ahí su apodo de “nazarenos”, algo que originalmente nació con una intención burlona.
Estilísticamente tienen como referente las grandes obras de Filippo Lippi o Fra Angelico como La Anunciación o La Virgen de la Humildad, respectivamente. Y también admiran al Perugino o las primeras obras de Rafael, valorando especialmente su uso de la línea y sus colores en masas uniformes y lisas. E igualmente cuentan con los antiguos pintores alemanes, especialmente con Durero.
En concreto, Cornelius busca una renovación de la pintura religiosa, mezclando esas influencias del Gótico y los primeros años del Renacimiento, con el espíritu del Romanticismo que con ellos comenzó a aparecer en el arte alemán. Y a todo ello le añadía el valor de los símbolos, de los cuales esta obra de Las Vírgenes sabias y las Vírgenes necias está llena.
No obstante, aunque los referentes de los Nazarenos sean antiguos, estos pintores no pueden obviar los siglos de arte más cercanos a ellos mismos, y eso se manifiesta en sus pinturas. Por ejemplo, aquí vemos que a la izquierda de la figura de Cristo está San Pedro con las llaves y está abriendo un gran portón, en el cual los historiadores han querido ver un parecido por las puertas que hizo Lorenzo Ghiberti para el Baptisterio de Florencia.
De hecho, el arte renacentista inunda gran parte del espacio de ese cuadro, e incluso se manifiesta en las posturas y perfiles de muchos personajes. Y en el caso concreto de las vírgenes necias se puede encontrar cierta similitud con las pinturas murales del Incendio del Borgo que Rafael pintó en el Vaticano.