Mujer con sombrero de Matisse
Mujer con sombrero de Matisse
El Fauvismo nunca tuvo un manifiesto como sí ocurrió con otros movimientos de las primeras vanguardias artísticas del siglo XX, como por ejemplo el Futurismo. Este grupo de pintores integrado por autores como André Derain, Georges Rouault, Albert Marquet, Maurice de Vlaminck o el propio Henri Matisse ni siquiera le pusieron ellos nombre a su estilo. Eso ocurrió tras una exposición en el Salón de Otoño de París en el año 1905, en la que entre otras obras estaba esta Mujer con sombrero.
Fue un crítico escandalizado por lo que vio ahí quien describió esas obras como imágenes violentas con distorsiones de color y de las líneas, con tonos que no se correspondían con la realidad, con zonas vacías, como inacabadas. Eran la obra de unos salvajes (fauves), y aquella descripción ya quedó como establecida para siempre.
En el caso de este cuadro, el pintor retrató a su esposa Amélie durante un verano que pasaron en Collioure en compañía del pintor Derain. Una estancia al sur de Francia y en la costa del mar Mediterráneo que nos ha dejado varias obras destacables de ambos artistas como la vista de Las barcas en el puerto de Collioure.
Aquí vemos a la mujer ataviada con abanico que mueve con una mano enguantada y con el gran sombrero que da título al cuadro. Todo hasta aquí bastante convencional, pero la representación en sí es completamente novedosa. Basta con fijarse en el vestido de la mujer, todo un derroche de colores en el que no faltan los azules, verdes, violetas o rosas. Por cierto, cuando le preguntaron a Matisse de qué color era el vestido que lucía su esposa Amélie, él no dudó ni un instante y dijo: “es negro, por supuesto”.
Y respecto al sombrero, es más que posible que fuera una creación de su mujer, la cual era sombrerera, y de hecho la venta de sus productos fue lo que mantuvo a la familia durante años, hasta que Matisse comenzó a encontrar mecenas y compradores para sus obras. De hecho esta obra de Mujer con sombrero fue una de sus primeras ventas importantes y fue a partir de estos años cuando su nombre comenzó a ser más considerado y su arte valorado como uno de los grandes referentes del arte contemporáneo. Un prestigio que fue creciendo imparable como pintor, aunque la verdad es que con los años Matisse fue diversificando sus trabajos y su versatilidad le llevó por el camino de la escultura, los collages, los murales e incluso se atrevió con los trabajos decorativos en cerámica o en vidrio como ocurre en su emblemática Capilla del Rosario de Vence.
