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Jóvenes griegos presenciando una pelea de gallos de Gérôme

Publicado por A. Cerra

Jóvenes griegos presenciando una pelea de gallos de Gérôme

El pintor francés Jean Leon Gérôme fue un artista de éxito durante el periodo neoclásico gracias a sus muchas obras de carácter casi arqueológico ambientadas en el mundo antiguo como puede ser su impactante Pollice Verso o sus imágenes más oficiales de admiración hacia Napoleón, como es el caso de Napoleón frente a la Esfinge.

Pero además de eso, Gérôme representa dentro de la pintura académica una corriente muy peculiar, la de los pintores franceses que se hicieron llamar neogriegos. Algo que obviamente no se debe a que su estilo recordara la pintura de la Grecia Clásica, ya que no se conoce como fue salvo por los restos cerámicos que han llegado hasta nuestros días o las referencias escritas a artistas como el mítico pintor Apeles, al que incluso el artista del Renacimiento Sandro Botticelli dedicó su última obra de temática mitológica: La Calumnia.

Es decir, que los pintores neoclásicos, que a su vez era neogriegos, no pintaban a la griega, sino que pintaban escenas inspiradas en la Grecia Antigua, incluidos sus paisajes. Ya que por ejemplo en este cuadro que pintó Gèrôme en 1846 y que hoy en día se conserva en el Museo de Orsay de París se puede apreciar un fondo marino y una isla en el horizonte. Pues bien, con ello se quiere evocar las islas griegas del mar Egeo o el Jónico. Al igual que detrás de los personajes, se ve una arquitectura en la que asoma una escultura que también recordaría a las antiguas ciudades helenas.

La obra fue todo un éxito en su momento. De hecho se expuso en el Salón de París en el año 1847, y el crítico más influyente de la época, Théophile Gautier, la alabó enormemente y dijo de ella que era una necesaria “vuelta al orden”. Ya que en ella se volvían a plantear lo más altos valores de la pintura neoclásica frente la corriente del Romanticismo que tanto había triunfado con Delacroix o Gericault.

Realmente la obra Jóvenes griegos presenciando una pelea de gallos es un compendio de las características del arte neoclásico. Comenzando con el tema de clara inspiración en la Antigüedad, y siguiendo por la presencia de cuerpos desnudos que son la base del arte antiguo conocido mediante las grandes estatuas. Porque pintar esos desnudos era una de las bases en las academias de dibujo y pintura.

Y ese dibujo es la clave de este estilo. Un dibujo preciso, con una línea perfecta, que es visible para definir las formas y los cuerpos. Por cierto, unos cuerpos cuyas posturas son deudoras de uno de los más grandes pintores neoclásicos, Dominique Ingres.