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El manierismo

Publicado por Chus

PerseoSe trata de un estilo desarrollado en la Europa de la segunda mitad del siglo XVI, entre el clasicismo renacentista y la fuerza expresiva del Barroco, que formalmente supone el agotamiento del lenguaje estético del Renacimiento. Se corresponde con una profunda crisis espiritual del hombre europeo, que se deja notar en la Reforma Protestante y en el inicio de una auténtica “era de violencia”, con guerras, destrucciones, que van a cuestionar el mundo ideal soñado por el optimismo renacentista. El origen del estilo es italiano, veneciano y romano más concretamente, pero pronto se difunde por el resto de Europa, destacando en España y Europa Central. Parece que el origen del nombre deriva de la definición de varios escritores de los artistas que trabajaban siguiendo el estilo de los grandes maestros, es decir trabajaban “a la maniera de…”.

El manierismo es un movimiento que se caracteriza porque las formas artísticas renuncian al equilibrio ponderado del clasicismo y adoptan una tensión dramática. Así por ejemplo en la arquitectura, se altera la correspondencia entre las partes y el conjunto del edificio que definían al clasicismo reancentista, se prefieren los espacios longitudinales a los centrales y las salas estrechas que favorecen la perspectiva, lo mismo que se exalta la extravagancia y el capricho. Otro de sus elementos definitorios es la liberación del culto a la belleza clásica y a sus elementos básicos, como la serenidad, el equilibrio y la claridad. Se produce el abandono del lenguaje sencillo, ya que los artistas recurren a temas y composiciones complejas, desequilibradas, difíciles de entender. Así pues en la escultura la línea predominante es la serpentinata, contorsionada, artificiosa, como por ejemplo se observa en la “Fuente de Neptuno” de Juan de Bolonia, mientras que en otras obras, como por ejemplo en el “Perseo” de Benvenuto Cellini, sobresale la tensión dramática y el desgarramiento de la escena.

En la pintura, aparece la arbitrariedad en el uso del color y de las proporciones, ya que éstas se alargan, se estilizan, hasta límites hasta entonces insospechados, como puede verse en la “Madonna del cuello largo” de Parmigianino. Con respecto al uso del color, predominan los colores fríos, de tonalidades metálicas, duramente enfrentadas entre sí. Este tipo de gama cromática la había utilizado Miguel Ángel y también Rafael en algunas de sus obras. Además abunda el trazado serpentiforme, con abundantes escorzos, como ya había hecho Buonarotti, y las figuras se sitúan constreñidas por estrechos marcos, lo que contribuye a acentuar las expresiones angustiadas. También se utilizan a menudo fondos negros, en los que resaltan las figuras como si fuesen auténticos objetos-luz, constituyendo un claro anuncio del barroco.

Entre los principales artistas manieristas destacan Parmigianino, Benvenuto Cellini, Giulio Romano, Bronzino, Tintoretto y El Greco.