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La bella Ferroniere, Leonardo da Vinci

Publicado por Laura Prieto Fernández

Una vez más las obras de Leonardo da Vinci encierran en sí mismas tantos misterios que bien podrían ser las protagonistas de cualquier novela centrada en el mundo del arte; pese a ser uno de los artistas más estudiados a lo largo de la historia del arte, todavía son muchos los misterios que sus piezas encierran para el gran público y también para los expertos en la materia. En esta ocasión, nos disponemos a analizar una pequeña pieza que se exhibe en el Museo del Louvre de Paris y que los expertos han datado de finales del siglo XV, concretamente entre los años 1495 y 1499.

Se trata de un pequeño retrato realizado en óleo sobre madera de formato vertical que mide poco más de sesenta centímetros de altura y cuarenta y cinco de anchura y que ha sido catalogado con el nombre de La bella Ferroniere. En realidad, la autoría de la obra ha sido muy discutida a lo largo de la historia, algunos historiadores del arte planteaban la posibilidad de que el lienzo fuese una obra de Bernardino de Conti o de Boltraffio sin embargo, las similitudes que presenta con otras piezas de Leonardo, especialmente con la conocida Dama del armiño expuesta en el museo de Cracovia, han hecho que los expertos se decanten por la autoría de Leonardo.

Otro de los misterios es la identidad de la retratada: algunas versiones aseguran que se trata de una de las amantes de Lodovico Sforza, Lucrezia Crivelli, de ser así la dama representada sería la misma mujer que en La dama del armiño, pero en esta ocasión con una edad más avanzada. Otra posibilidad es que se tratase de una de las amantes del monarca francés Francisco I de Francia, la dama recibiría su nombre de la profesión de su marido u conocido ferretero que ideó una cruel venganza contra la traición de su esposa y el rey transmitiéndoles la sífilis, ella murió al poco tiempo debido a la enfermedad y él padeció las secuelas de por vida. Para reforzar esta teoría algunos expertos se han basado en el hecho de que la dama lleva un ferroniere, una joya que consistía en una cinta atada a la cabeza con un camafeo o piedra preciosa.

Sea como fuere, lo que sí parece cierto es que la pintura se corresponde con la época que Leonardo pasó en Milán, una etapa en la que el artista se interesó por los estudios ópticos y fruto de estos podemos apreciar como el rojo de su vestido se proyecta en las mejillas de la joven gracias a la luz dorada que baña la composición.